INICIO | STAFF | LINKS | CONTACTO
Palais des Congrès | Porte Maillot | París - Francia
Del 26 a 30 de Abril de 2010
VII Congreso de la Asociación Mundial de Psicoanálisis
Semblantes y Sinthoma
VII Congreso de la Asociación Mundial de Psicoanálisis
 
El exilio y el saber del neurótico
Chantal Bonneau
 

En el capítulo X del Seminario, Libro XVIII, De un discurso que no fuera del semblante, Jacques Lacan interroga, al final de esta enseñanza de 1971, lo que podría deducirse acerca del discurso del analista tras haber retomado los cuatro discursos que se ordenan a partir del semblante. [1] Lo que Freud ya había demostrado es que el discurso del analista "aclara la articulación de la verdad con el saber". [2] Es a través de su síntoma como el neurótico establece la relación entre la cuestión de la verdad y la del saber. De paso Lacan nos recuerda que no fue Freud, sino Marx, el responsable de la noción de síntoma. Cuando la revolución marxista puso al dinero y a la plus-valía en el corazón del dispositivo para denunciar sus valores de fetiche, el discurso analítico retomó esta referencia para extraer la dimensión del plus–de-goce. El semblante que adopta el discurso del capitalista reafirma la idea de que en el origen de todo discurso habría "un discurso que no fuera del semblante". De esta manera, la plus-valía marxista, reexaminada en la escritura del discurso analítico como plus-de-goce, pone en exergo el punto en que Lacan interroga la cuestión de la relación sexual como verdad en oposición a un semblante.

Este « saber del neurótico"[3], enunciado bajo la forma del "no hay relación sexual", ya es un discurso. Es un discurso que establece el límite de lo que se puede decir. Fracaso de una lógica de la escritura, de la que los sujetos hablantes están exiliados. Lo que no puede escribirse conduce al sujeto neurótico a buscar por el lado de los mitos y de los rituales una escapatoria frente a la no inscripción de la relación sexual. Freud dio cuenta muy pronto de esto en Malestar en la cultura. Entonces todo discurso sería el síntoma que sustituiría a lo que le falta al ser hablante. ¿Dónde se origina? ¿En los seres hablantes o en el hecho que no pueda decirse ni escribirse la relación sexual? Lacan no responde, pero nos recuerda que los ritos de iniciación, operaciones, circuncisiones o incisiones conllevan su marca sobre el falo, semblante por excelencia, que ordena el goce sexual. El semblante fálico no es el significante de la falta, es "aquello de donde no sale ninguna palabra" [4]. En el neurótico, en particular en la histeria, es la palabra que se espera de aquel cuya castración, aunque necesaria para su goce, no le sería suficiente a su demanda. Espera palabras que la dejan insatisfecha. El síntoma ocupa el lugar de la palabra que falta. Cuando la queja se vuelve síntoma, la histérica a veces encuentra un analista, allí donde el discurso le permite articular verdad y semblante.

 
Notes
1- Lacan J., Le Séminaire, livre XVIII, D’un discours qui ne serait pas du semblant, Paris, Seuil, 1971, p. 163.
2- Lacan J., ibid., p. 164.
3- Lacan J., ibid., p. 166.
4- Lacan J., ibid., p. 170.
 
Traducción Gabriela Roth
Programa
Textos y papers
Bibliografía
Novedades
Le Journal du Congrès
Noches preparatorias
Bibliografía razonada
Alojamientos en París
Blog
 
 
Copyright 2009 - Asociación Mundial de Psicoanálisis
Kilak | Diseño & Web