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Palais des Congrès | Porte Maillot | París - Francia
Del 26 a 30 de Abril de 2010
VII Congreso de la Asociación Mundial de Psicoanálisis
Semblantes y Sinthoma
VII Congreso de la Asociación Mundial de Psicoanálisis
 
De la contingencia al sinthome
Maria Hortensia Cardenas
 

Las contingencias trazan nuestro destino. Lacan precisa que a partir del azar -y porque hablamos- armamos una trama de sentido a la que somos forzados. "Las casualidades nos empujan a diestra y siniestra, y con ellas construimos nuestro destino, porque somos nosotros quienes lo trenzamos como tal".[1]

Desde el Seminario XI Lacan busca discernir lo real articulado al mal encuentro que está a nivel de lo sexual. [2] Lacan distingue a la tyché como una modalidad de la repetición en la que se empeña el inconsciente; es el encuentro inesperado que se busca repetir, pero es un encuentro fallido con lo real del trauma, con lo inasimilable.

El inconsciente saber surge de lo imprevisto. Lacan lo dice: "solo estás hecho de eso, de esas manifestaciones contingentes, de esas pequeñas interrupciones, esas pequeñas discontinuidades…".[3] Lo imprevisto toma un sentido con la repetición, surge un orden, se produce un efecto de sentido articulado, y se constituye la trama del inconsciente.

Jacques-Alain Miller señala que Lacan pasa del registro de lo simbólico a lo real a partir de la lógica matemática y del tropiezo con lo imposible. [4] La fórmula no hay relación sexual tiene como correlato el sentido sexual, en tanto la no relación es correlativa del encuentro en la relación amorosa. Se ve aquí la oposición entre lo necesario de la no relación sexual y el encuentro que es contingente. Lo contingente del encuentro con el goce deviene necesario y se repite para hacer semblante de "hay relación".

En su última enseñanza – continúa Miller – Lacan busca acordar al psicoanálisis un real que le sería inherente, y diferente al real de la ciencia. El real del psicoanálisis es el de la no relación y es el real de la modalidad del encuentro, de la contingencia. Porque se constata que todo lo relacionado entre los sexos tiene que ver con la contingencia, se puede inferir que en esa relación no hay una necesidad que trabaje. El acento está puesto en la contingencia y no en la necesidad.

Lo real no se enlaza con nada porque lo real está desprovisto de sentido; solo se tejen tramas e historias en torno a él. Entonces, ¿cómo cercar lo real, cómo ir más allá de un discurso que no sería del semblante y desprenderse del goce? La asociación libre pone en evidencia la repetición significante, algo que obliga a la repetición. El análisis procede por una reducción de lo necesario a lo simbólico, a lo que desde el saber hace semblante, de lo que no cesa de repetirse. Pero es también una reducción a lo imposible, lo que no cesa de no escribirse.

El inconsciente se reduce a un saber y por eso puede ser interpretado. En un primer momento, la interpretación apunta al sentido del inconsciente, produce efectos de verdad pero que no tienen que ver con lo real. De este modo se opera una reducción del síntoma. La interpretación hace aparecer un efecto de verdad pero también hace resonar el goce encerrado. En el análisis se constata que hay un agujero con lo que es contingente; se comprueba que la contingencia aparece sobre el fondo de lo imposible, que es lo real. "Lo que es del orden del acontecimiento propiamente dicho es lo que no podría ocurrir; todo aquello que sale del círculo de lo posible. Ese es el sentido exacto que Lacan da a la contingencia". [5]

En el registro de la contingencia se sitúa la experiencia de goce. Se apunta en el análisis a elucidar el sentido que tomó la contingencia que se expresa a partir de hechos de repetición. En El Sinthome Lacan indica que hablamos sin saber que somos hablados, sin conocer el sentido que toman las contingencias. [6] Además, cada uno tiene su propia construcción "delirante" como respuesta al agujero en el saber sobre lo sexual. En el análisis se teje la trama de sentido, "organizando, articulando, sistematizando los elementos de azar que la preceden". [7]

Miller se pregunta [8] por qué una palabra del Otro tomó un valor decisivo para un sujeto. La respuesta la encuentra más allá de la articulación significante, la remite a la contingencia de una historia particular, a algo que se encuentra y cesa de no escribirse. La tesis de Miller es que "todo lo que concierne en el análisis al goce, a los modos de goce, a la emergencia del modo de goce particular de un sujeto es siempre del orden de la contingencia." [9] El encuentro determina la modalidad de goce que para cada uno es singular.

A partir del encuentro con el goce empieza la repetición. Goce y contingencia quedan articulados en el encuentro. La operación del analista es separar la modalidad necesaria, del semblante del saber, de lo contingente que apunta a lo real. La reducción de la contingencia es la reducción al traumatismo. En el análisis se procede a la desinvestidura de lo patógeno.[10] La reducción de la contingencia, del encuentro, es del orden de lo posible, lo que en algún momento deja de escribirse. Puede ocurrir, entonces, que súbitamente, bajo la modalidad de la sorpresa, se capte en un instante lo que tiene valor de acontecimiento imprevisto. Se busca así hacer vacilar los semblantes para despertar el deseo apagado por el goce.

La última enseñanza de Lacan va más allá de la estructura significante, lo que implica por fuera del inconsciente; conduce al fuera de sentido. La interpretación por fuera del sentido apunta a deshacer la articulación de destino. Es la vía hacia el sinthome que "reconduce al sujeto a los elementos absolutos de su existencia contingente". [11] Con el sinthome no se trata más de resolver el enigma del goce, es el tope con lo incurable, con lo irreductible del goce, de lo que no se puede saber más, que permanece invariable. Es la reducción al sinthome con la que se obtiene el "yo soy eso" en su diferencia más absoluta, en lo que tiene de incomparable.

El análisis desanuda lo incurable. En el horizonte de lo posible se inscribe el pase que expone la relación del analizante con su inconsciente y que verifica cómo un sujeto ha esclarecido su modo de gozar singular, la contingencia de su modo de gozar que trazó su destino.

 
Notes
1- Lacan, J.: El Seminario, Libro 23, El sinthome, Ed. Paidós, Bs. As., 2006, pág. 160. Conferencia "Joyce el síntoma", dictada el 16 de junio de 1975.
2- Lacan, J.: El Seminario, Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Paidós, Bs. As., 1987, pág. 72. Clase del 12 de febrero de 1964.
3- Miller, J.-A.: Los usos del lapso, Paidós, Bs. As., 2004, pág. 105. Clase del 15 de diciembre de 2000.
4- Miller, J.-A.: La Orientación Lacaniana, enseñanza pronunciada en el marco del Departamento de Psicoanálisis de París VIII, lección del 30 de enero de 2008, inédito.
5- Miller, J.-A.: La erótica del tiempo, Tres haches, Bs. As., 2001, pág. 45. Clase del 8 de abril de 2000.
6- Lacan, J. Op. cit., pág. 160.
7- Miller, J.-A.: La Orientación Lacaniana, enseñanza pronunciada en el marco del Departamento de Psicoanálisis de París VIII, lección del 10 de diciembre de 2008, inédito.
8- Miller, J.-A.: El partenaire-síntoma, Paidós, Bs. As., 2008, pág. 356. Clase del 6 de mayo de 1998.
9- Ibid., pág. 357. Clase del 6 de mayo de 1998.
10- Ibid., pág. 359. Clase del 6 de mayo de 1998.
11- Miller, J.-A.: La Orientación Lacaniana, enseñanza pronunciada en el marco del Departamento de Psicoanálisis de París VIII, lección del 10 de diciembre de 2008, inédito.
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