En la tercera noche preparatoria de la EOL para el próximo Congreso de la AMP “Semblantes y sinthome”, pudimos asistir a una muy grata presentación de dos nuevos textos del Scilicet.

La presentación de los textos “Transferencia” y “Discurso” de Hilda Vittar y Samuel Basz, respectivamente, fue la oportunidad de ponerlos a la discusión con la rigurosa lectura hecha por Ricardo Nepomiachi y Oscar Zack.

Bajo la precisa coordinación de Carlos García, pudimos asistir a un excelente debate entre los cuatro expositores sobre estos temas fundamentales para el psicoanálisis. El concepto de transferencia, en la vertiente simbólica y libidinal, abordado por Hilda Vittar, le permitió a Ricardo Nepomiachi hacer una lectura situando a la transferencia como semblante en un discurso. Nepomiachi propuso pensar la particularidad del discurso del analista como aquel que se sirve de la transferencia como semblante para orientar la cura hacia una dimensión que no sea del semblante. Situó la posición del analista como el partenaire síntoma del analizante que “en la posición de objeto permite que el sujeto goce del inconciente para posibilitar, en el transcurso de la cura, la declinación gozadora del inconciente”. Agregó que por esta vía “el sujeto podrá, en el final del análisis, lograr un acuerdo con la ley de la pulsión”.

Del testimonio de Lucía D´angelo trabajado por Vittar en su texto, Nepomiachi destacó el valor operatorio del uso del semblante por parte del analista. La estrategia del analista que recurre al nombre propio como un llamado “al ser” se revela efectiva en el caso ya que posibilita la entrada en la transferencia del sujeto.

El texto “Discurso” de Samuel Basz es una exhaustiva reflexión sobre la articulación del goce en los cuatro discursos. Entre los distintos abordajes sobre el tema hechos por Samuel Basz, Oscar Zack destacó el del lugar del síntoma en los discursos. El propuso situar al síntoma en el lugar dominante en todos los discursos. En este sentido, el discurso del analista que tiene al objeto (a) en el lugar dominante, muestra bien cómo el analista es ahí rechazo del discurso, lo que lo vuelve equivalente al síntoma, dirá Zack. Desde esta misma perspectiva, Zack situó el discurso del analista como opuesto al de la intensión de dominar, ubicándolo como una de las tres formas de lo imposible destacadas por Freud (educar, gobernar y analizar), lo cual no le impide volverse una práctica posible. Finalmente, situó al discurso analítico como aquel que le da la posibilidad a un sujeto de pasar del sufrimiento del síntoma a la satisfacción del sinthome.

El debate con el público se situó en la paradoja aparente que implica pensar un discurso que no fuera del semblante y la posición del analista como síntoma, ya que este último es un semblante. La discusión finalmente desembocó en la idea de la identificación al sinthome como punto de inicio de la posición del analista. El debate continúa.