En la última noche preparatoria hacia el VII Congreso de la AMP, tuvimos la ocasión de escuchar la presentación de otros dos textos del Scilicet: “Todos locos” de Luis Darío Salamone y “Nombres del Padre” de Daniel Millas.

Fue ésta también una noche muy particular dado que contamos con los comentarios de Hugo Freda, Presidente de la ECF y de Dudy Bleger, Presidenta de la EOL. Con la animada coordinación de Carlos Dante García, el rigor del tratamiento de los temas abordado por todos ellos le dio a esta noche de clausura un verdadero clima de enseñanza.

Bajo el título general de la noche: “Todos locos”, la presentación y comentarios de ambos textos apuntó a mostrar cómo esta noción de la última enseñanza de Lacan pone en tela de juicio la idea de normalidad, al mismo tiempo que oscurece los límites entre neurosis y psicosis.

Hugo Freda ordenó el texto de Salamone bajo tres polos. En el primero puso en tensión los términos de lo particular y lo universal para pensar la fórmula “todos locos” desde el ángulo de la relación que el sujeto tiene con la lengua. El universal del “todos” -dirá Freda- , para no inclinarse hacia la religión y sí hacia lo racional debe ser ordenado a partir de la excepción. De esta manera leyó la observación de Salamone sobre la excepción de la esquizofrenia al “todos locos”, ya que para ésta, a diferencia del neurótico, las palabras son las cosas.

En el segundo polo, y siguiendo el mismo planteo, Freda puso en tensión la palabra y el pensamiento. En este punto destacó al psicoanalista como aquel que invita a hablar al paciente como un loco, sin pensar y sin emitir el juicio de la razón sobre lo que se dice. En el análisis, la palabra no sigue el mismo ritmo del pensamiento; se invita a decir “así como viene”, única manera de tocar un punto de verdad, dirá Freda.

El tercer polo lo planteó bajo el interrogante de ¿qué quiere decir hablar? En este punto destacó que cuanto más se habla menos se realiza la cosa y más se realiza lo real como imposible, y agregó que si todo el mundo está loco es porque se habla.

Hugo Freda finalizó su comentario sobre la dimensión loca del amor que, a diferencia del odio que se dirige de manera precisa a lo que existe, en el amor nunca se sabe bien por qué se ama, dado que el amor se erige sobre el fondo de lo que no hay, que es lo imposible de la relación sexual.

Freda concluyó su lectura del texto de Salamone haciendo referencia a Joyce para destacar que Lacan nunca lo consideró como un psicótico sino como un “loco”.

Al texto de Daniel Millas, Dudy Bleger lo dividió en cuatro ejes, con el objetivo de reflexionar sobre el Nombre del Padre y la psicosis en referencia a Joyce. Comenzó por el eje “La manía”, para plantear que si Millas la toma como paradigma de la psicosis, a diferencia de Lacan que había pensado a la paranoia como paradigma de dicha estructura, fue para mostrar el desenfreno de la lengua en Joyce. Al mismo tiempo destacó la escritura en Joyce como un sinthome que en el escritor se construyó con el tiempo y que lo alejó así de la psicosis propiamente dicha. Luego, Bleger trató el punto de “El cuerpo” para detenerse en el ejemplo clínico de Millas y para mostrar cómo se anuda el goce del cuerpo y la lengua como suplencia del Nombre del Padre faltante en un caso de psicosis que luego comparó con el de Joyce. El siguiente punto Bleger lo llamó “Un esfuerzo de diagnóstico” y lo utilizó para reflexionar sobre la estructura clínica de Joyce. Finalmente, Bleger tomó un último punto del texto de Millas al que llamó “La función del analista”, para situar dicha función como la que hace semblante de saber sobre el sentido del síntoma del paciente del cual el analista en realidad nada sabe.

A partir de las exposiciones, el debate con el público se centró en la pregunta sobre cómo establecer el binomio semblante-sinthome en la psicosis. Un saldo de saber sobre este punto fue el de establecer una diferencia entre pensar el Seminario de Lacan: Joyce El Sinthome como un seminario sobre el inconciente y la de pensarlo como un seminario sobre la psicosis.